Constructora responsable del proyecto Marsella IV, viola clausura de Profepa y continúa devastación de selva en Playa del Carmen.
Pese a la intervención federal, Promotora Residencial reanuda obras en el fraccionamiento Marsella IV, amenazando a más de 200 especies silvestres y evidenciando la impunidad ambiental en Quintana Roo.
Impunidad ambiental al alza en la Riviera Maya
Playa del Carmen, Quintana Roo, junio de 2025. La devastación ambiental en la Riviera Maya ha escalado a un nuevo nivel de impunidad. La empresa Promotora Residencial, responsable del proyecto Marsella IV, violó los sellos de clausura impuestos por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y continuó con la tala ilegal de selva, desafiando abiertamente la autoridad federal.
Pese a la intervención de la Profepa el pasado miércoles, la maquinaria siguió operando como si las leyes no existieran. Este acto no solo representa una burla al estado de derecho, sino también una amenaza directa al frágil ecosistema del norte de Playa del Carmen.
Denuncia documentada: más de 200 especies en riesgo
La clausura fue resultado de una denuncia pública realizada por el colectivo científico Cenotes Urbanos, encabezado por el espeleólogo y biólogo Roberto Rojo. Según Rojo, la manifestación de impacto ambiental (MIA) presentada por la desarrolladora contenía información falsa y manipulada.
“Mientras el proyecto reportaba únicamente cinco especies silvestres en el área, nosotros identificamos más de 200, varias de ellas en situación de vulnerabilidad o peligro de extinción, como la anguila ciega”, denunció.
Entre la fauna afectada se encuentran aves, reptiles, mamíferos y anfibios. Al ser desplazadas de su hábitat, muchas de estas especies terminan invadiendo zonas urbanas o muriendo atropelladas, como ya ha sucedido en áreas residenciales como Playacar.
Desarrollo sin control: ley versus concreto
La respuesta institucional ha sido insuficiente. Aunque la clausura fue oficial, la reanudación de actividades por parte de la constructora refleja la debilidad del cumplimiento legal en el estado. Para muchos ambientalistas, esta acción deja claro que las multas ambientales se han convertido en un gasto operativo más para las empresas, que prefieren pagar por destruir que cumplir la ley.
“No estamos en contra del desarrollo, pero sí exigimos un desarrollo inteligente, sustentable y que respete el entorno natural”, subrayó Roberto Rojo.
El costo real: perder la selva es perder el futuro
La región de Quintana Roo depende directamente de su riqueza natural: selvas, cenotes, fauna silvestre y ecosistemas únicos en el país. Cada hectárea arrasada no solo pone en peligro especies, sino que afecta el equilibrio ecológico, compromete los recursos hídricos y erosiona el principal atractivo turístico del estado.
“¿Qué sentido tiene vender paraísos naturales cuando ya no queda nada natural que mostrar?”, cuestionan activistas del colectivo.
📣 Llamado ciudadano: sanción ejemplar y fin de la impunidad
La ciudadanía exige respuestas claras. No basta con colocación de sellos: urge una acción legal contundente, un castigo ejemplar que siente un precedente real para evitar que otras empresas actúen con la misma impunidad.
Hoy es la selva. Mañana serán los cenotes, el agua, la salud y el futuro.
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